sábado, 7 de junio de 2014

Srigley sobre la ética de la responsabilidad

Srigley, S. Flannery O'Connor's Sacramental Art, Notre Dame, Indiana, 2004, 3:
El novelista profética tiene una importante función que cumplir y al asumir ese título para sí, Flannery O'Connor estableció los parámetros de su propia responsabilidad como artista. Ella misma se sentía responsable ante sus lectores, la verdad y el bien de la obra hecha: el bien que refleja a Dios en el arte. El acto sacramental de crear algo bueno que exprese, en circunstancias concretas, la belleza divina de Dios es lo que la empuja como artista. La visión profética, teológica y artística de O'Connor se dirige a unificar lo físico y lo espiritual, es decir, el mundo sensible vivido y la realidad invisible misteriosa que está eternamente presente.
The prophetic novelist has an important role to play, and by assuming this title for herself FO'C sets the parameters for her own responsibility as an artist. She felt herself accountable to her readers, to truth, and to the good of the work made –the good that reflects God in art. The sacramental act of creating something good that expresses, in concrete circumstances, the divine beauty of God is what compels her as an artist. O'Connor's prophetic vision, theological and artistic, is directed toward drawing together the physical and the spiritual; that is, the lived sensible world and the mysterious unseen reality that is eternally present.
Expresado negativamente en Los violentos lo arrebatan:
Y ese es el modo en que debería ser en el mundo -nadie debiéndole a nadie nada
And that's the way it ought to be in this world –nobody owing nobody nothing (51). 
La elección del diablo es la contraria de la que hace Flannery O'Connor. Eso lo que le acaba ocurriendo al protagonista: de huir de la responsabilidad a afrontarla.
Hay un conflicto entre la idea de que los seres humanos son interdependientes y por ello responsables unos de otros (incluidos los muertos, criminales e idiotas) y la de que son seres humanos individuales autónomos sin responsabilidad con nadie: eso está en el centro de la ficción de Flannery O'Connor (5).

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