lunes, 23 de junio de 2014

Brainard Cheney

The Correspondence of Flannery O'Connor and the Brainard Cheneys, Edited by C. Ralph Stephens, University Press of Mississippi, Jackson, 1986 [en Google Books en parte]

He releído este libro con mucho interés, aunque ahí se ve bien, por comparación con la selección de cartas de The habit of being, que cuando no se selecciona, el contenido es menos denso, aunque para flannerófilos siempre interesante.

Este matrimonio conoció a Flannery a través de Caroline Gordon y sobre todo él, que le sacaba 25 años y había publicado ya varias novelas, se convirtió en su discípulo y admirador. Este es el último párrafo de lo que escribió en el obituario que le hizo:
It is much too early to attempt any ultimate assessment of Flannery O'Connor's work. There is as yet but limited understanding of this original, powerful, and prophetic writer. But the prophet is not expected to wait on the fulfilment of his prophecy. In her own words, "The creative action of the Christian's life is to prepare his death in Christ." And this, I feel sure, she did (214).

jueves, 12 de junio de 2014

sábado, 7 de junio de 2014

Srigley sobre la ética de la responsabilidad

Srigley, S. Flannery O'Connor's Sacramental Art, Notre Dame, Indiana, 2004, 3:
El novelista profética tiene una importante función que cumplir y al asumir ese título para sí, Flannery O'Connor estableció los parámetros de su propia responsabilidad como artista. Ella misma se sentía responsable ante sus lectores, la verdad y el bien de la obra hecha: el bien que refleja a Dios en el arte. El acto sacramental de crear algo bueno que exprese, en circunstancias concretas, la belleza divina de Dios es lo que la empuja como artista. La visión profética, teológica y artística de O'Connor se dirige a unificar lo físico y lo espiritual, es decir, el mundo sensible vivido y la realidad invisible misteriosa que está eternamente presente.
The prophetic novelist has an important role to play, and by assuming this title for herself FO'C sets the parameters for her own responsibility as an artist. She felt herself accountable to her readers, to truth, and to the good of the work made –the good that reflects God in art. The sacramental act of creating something good that expresses, in concrete circumstances, the divine beauty of God is what compels her as an artist. O'Connor's prophetic vision, theological and artistic, is directed toward drawing together the physical and the spiritual; that is, the lived sensible world and the mysterious unseen reality that is eternally present.
Expresado negativamente en Los violentos lo arrebatan:
Y ese es el modo en que debería ser en el mundo -nadie debiéndole a nadie nada
And that's the way it ought to be in this world –nobody owing nobody nothing (51). 
La elección del diablo es la contraria de la que hace Flannery O'Connor. Eso lo que le acaba ocurriendo al protagonista: de huir de la responsabilidad a afrontarla.
Hay un conflicto entre la idea de que los seres humanos son interdependientes y por ello responsables unos de otros (incluidos los muertos, criminales e idiotas) y la de que son seres humanos individuales autónomos sin responsabilidad con nadie: eso está en el centro de la ficción de Flannery O'Connor (5).

jueves, 5 de junio de 2014

Llamadas a lo poco

Explica muy biene Susan Srigley la decepción de Francis Tarwater al descubrir lo poco importante que parece su vocación: simplemente bautizar a Bishop, un niño que «respira pesadamente y con ruidos nasales; come estrepitosamente, como un cerdo» (breathes heavily and with gurgling noises; he eats loudly, like a hog), quizá porque «no piensa mucho más que un cerdo» (he don't think no more than a hog) (TBVIA 116).

Francis había visto en su tío un profeta grandioso* y con Bishop lo que tiene es una relación que pasa por el silencio y el agua (hay una anticipación del bautismo en la «conversación en silencio» con Bishop por teléfono (TBVIA 81-82), donde dice que «era el tipo de ruido que alguien haría si estuviera peleando por respirar en el agua» (it was the kind of noise someone would make who was struggling to breathe in water).

Tanto su padre Rayber (superado por ese amor a su hijo que le ahoga: «overwhelming love») como Tarwater (que lo percibe como testigo silencioso de su vocación profética) se esfuerza en controlar a Bishop. En ambos el medio que usan para enfrentarse a ello es la violencia: Rayber rechazando el amor que siente por Bishop, anestesiándose a sus afectos, Francis ahogándole.

*Esto es lo que le había pasado a su tío:
He had been called in his early youth and had set out for the city to proclaim the destruction awaiting a world that had abandoned its Saviour. He proclaimed from the midst of his fury that the world would see the sun burst in blood and fire and while he raged and waited, it rose every morning, calm and contained in itself, as if not only the world, but the Lord Himself had failed to hear the prophet's message. It rose and set, rose and set on a world that turned from green to white and green to white and green to white again. It rose and set and he despaired of the Lord's listening. Then one morning he saw to his joy a finger of fire coming out of it and before he could turn, before he could shout, the finger had touched him and the destruction he had been waiting for had fallen in his own brain and his own body. His own blood had been burned dry and not the blood of the world (TBVA 5-6).
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*Flannery O'Connor's Sacramental Art, Notre Dame, Indiana, 2004, 121-122

martes, 3 de junio de 2014

Nombres de la iglesia de Motes

Susan Srigley* explica que Hazel Motes cambia el nombre de su "iglesia" tres veces:

Iglesia de la Verdad sin Jesucristo crucificado (Church of Truth without Jesus Christ Crucified 55)
Iglesia sin Cristo (Church without Christ 105)
Iglesia de Cristo sin Cristo (Church of Christ without Christ).

Es, dice Srigley, un proceso imitativo negativo. Y el coche es otro ejemplo negativo de su alma que busca independencia. Motes queda atrapado en su propia confusión porque no puede evitar dos impulsos: el deseo de predicar la verdad a pesar de rechazarla y la necesidad de un modelo "salvador" que ocupe el lugar de Jesús. El tercer nombre se lo da Onnie Jay Holy que intuitivamente percibe que Motes predica una verdad sin la Verdad y un salvador sin el Salvador (78-79).

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*Flannery O'Connor's Sacramental Art, Notre Dame, Indiana, 2004, 71